La conjura de Catilina: Quousque tandem abutere, «Cicero», patientia nostra
La primera vez que Cicerón habla de Catilina no es para dejarlo muy mal. Tenemos noticia de que en un principio pretendió defenderlo, incluso sabemos que quería hacer campaña conjunta para el consulado. Pero, como sabemos por las Catilinarias, el orador terminará presentándolo como el colmo de la maldad y la perversión. ¿A qué es debido ese cambio de actitud? Veamos…