1704. Escudos humanos en Gibraltar
La ciudad fortificada de Gibraltar no fue conquistada por la superioridad de hombres y armas de la flota de Rooke y Hesse-Darmstadt que la atacó en el mes de agosto de 1704, sino por la rendición de sus defensores —leales a Felipe V de Borbón— al ser capturadas sus familias por el enemigo. El uso de mujeres, niños, ancianos y religiosos de la población como escudos humanos por las fuerzas inglesas de asalto disuadió al gobernador Diego de Salinas de prolongar la resistencia, a pesar de disponer de una poderosa fortificación y de recursos suficientes, aunque sus tropas fuesen escasas, entregando la plaza el 4 de agosto.