Pero el 7 de diciembre de 1941, hace justo ochenta años, un bombardeo japonés tornó el conflicto verdaderamente mundial, iniciando la sangrienta guerra del Pacífico. Esta es la historia de Pearl Harbor.
Pearl Harbor es una base naval estadounidense en la isla de Oahu, en Hawái. Es un puerto natural de gran importancia estratégica y, de hecho, desde el Tratado de Reciprocidad de 1875 entre Estados Unidos y Hawái, es el cuartel general de la Flota del Pacífico estadounidense. A medio camino entre Norteamérica y Japón, está claro que Pearl Harbor era un punto clave para ambas naciones y precisamente por ello se convirtió en el objetivo nipón para el bombardeo de 1941. Pero ¿qué llevó a Japón a declarar la guerra tan abiertamente a una superpotencia como Estados Unidos?
Japón había salido del aislacionismo en el que había permanecido durante casi trescientos años con una fuerza aplastante. Dispuesto a transformarse de un país de campesinos casi medievales en una potencia que pudiera competir con el viejo continente, Japón se modernizó a una velocidad de vértigo, hasta el punto de que a comienzos del siglo XX fue capaz de imponerse a Rusia en la guerra Ruso-japonesa. Este comienzo de hegemonía militar, unido al creciente nacionalismo causado por la adopción de numerosos elementos occidentales y el desplazamiento de la tradición y la cultura japonesas, hizo que Japón se militarizara y se convirtiera en una nación enormemente ambiciosa y proteccionista. Esto, a su vez, llevó al país nipón a una expansión territorial que denominaron Gran Imperio de Japón y que resultó ser uno de los regímenes más crueles e inflexibles de Asia en el siglo XX.
Japón ocupó Corea, parte de China (en concreto Manchuria) e Indochina, y pretendía unificar Asia bajo un mando único japonés, pero Estados Unidos no veía eso con buenos ojos: no tanto por consideraciones éticas o de derechos humanos, sino por los recursos económicos a los que Japón tendría acceso de controlar, por ejemplo, Malasia o las Indias Orientales, entonces bajo control europeo, de manera que se decidió iniciar un bloqueo económico al país nipón. Esto hizo que las relaciones entre Japón y Estados Unidos se tensionaran de forma espectacular, por lo que una posible guerra (ya en pleno apogeo en Europa) parecía cercana.
Japón decidió tomar la iniciativa y el 7 de diciembre de 1941 cuatrocientos ocho aviones japoneses bombardearon la base americana de Pearl Harbor, destruyendo o dañando veinte barcos y cuatrocientos aviones, y matando a dos mil personas. El mayor shock de este ataque no fue tanto el ataque en sí, que de todas formas fue un golpe durísimo a las fuerzas americanas, sino que Japón no había declarado todavía la guerra a Estados Unidos, al parecer, como se sabe ahora, porque por problemas burocráticos la declaración del final de la paz no llegó a tiempo a Washington.
El 8 de diciembre, Estados Unidos le declaró la guerra a Japón, dando así comienzo a uno de los episodios más sangrientos de la historia de Asia Oriental, que todavía influye en la relación entre los dos países y que ha sido clave en la formación del Japón moderno.