Die Sache mit Sorge. Stalins Spion in Tokio
Guión y dibujos: Isabel Kreitz.
Epílogo: Frank Giese
Traducción: Lola Pérez Pablos
Rotulación: Iris Bernárdez
Ediciones La Cúpula. Barcelona, 2009.
260 páginas. Precio: 22,90 euros.
ISBN: 978-84-7833-890-0

Esta novela gráfica repasa en 260 páginas la labor de Sorge como espía de la URSS en Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Un trabajo que se sustentó en su red de agentes, con un infiltrado, en el gobierno nipón, y en su amistad con el embajador Eugen Ott y su esposa. También se nos muestra la relación sentimental del espía con dos mujeres, la pianista austriaca Eta Harich-Schneider, y la japonesa Ishii Hanako. Esta novela gráfica tampoco pasa por alto la magnética y compleja personalidad de Sorge, un convencido comunista a quien Satlin solo dio credibilidad tras comprobar que sus avisos sobre la invasion alemana habían sido tan ciertos como desatendidos.
La dibujante Isabel Kreitz (Hamburgo, Alemania, 1967) traza una narración fluida. Abundan las páginas sin textos ni bocadillos. Los recuerdos de los personajes principales de la historia operan como preámbulos de los diferentes capítulos. Kreitz pone su virtuosismo técnico con el grafito para sus viñetas, con una puesta escena comedida, muy regular en su estructura, pero que se centra en los detalles expresivos de los personajes. Esta apuesta, apoyada en una narración abundante en elipsis, desemboca en un retrato preciso, y a la vez delicado, con cierto tono romántico y melancólico, de Sorge y los personajes que orbitan alrededor de él. El blanco y negro, y su infinita escala de grises opera como reflejo moral en la que no hay ni héroes, ni villanos: tan solo hombres y mujeres arrastrados por el viento de la Historia, con mayúsculas. Es, sobre todo, un retrato moral de un puñado de personajes rebasados por los acontecimientos.
Como apoyo para la contextualización de los hechos, la novela se completa con un artículo del periodista alemán Frank Giese.