Es sin duda el caso de Sutton Hoo, uno de los yacimientos medievales más importantes de Reino Unido, y que la película The Dig, de Netflix, inmortalizó en 2019. Sutton Hoo, en Suffolk, en la costa este de Reino Unido, es un yacimiento singular: tan interesante es su historia antigua como la moderna sobre su descubrimiento.
Sutton Hoo, cuyo nombre proviene del inglés antiguo y significa ‘colina de las granjas del sur’, es el yacimiento de dos cementerios de los siglos VI-VII d. C. Escondidos bajo varios túmulos que parecen colinas (de ahí el nombre), hay varias tumbas de la nobleza inglesa de la época, y la más importante de ellas, la que dio fama al lugar, fue una en la que se halló un barco anglosajón intacto, así como todo su ajuar. No está claro, pero se cree que el candidato más probable para estar enterrado allí sea Redvaldo de Estanglia, rey de los anglos del este entre el 600 y el 624 (en aquella época, Inglaterra se dividía en siete reinos conocidos como la Heptarquía). Entre muchas e impresionantes joyas, actualmente en el Museo Británico, destaca sin duda el casco, una obra de orfebrería finísima que, aunque se haya oxidado con el paso del tiempo, deja muy claro que los anglosajones eran maestros en el trabajo del metal.
El terreno en el que Sutton Hoo se encuentra fue comprado en 1926 por el coronel Frank Pretty y su esposa Edith, y cuando este murió en 1934, Edith decidió encargar una excavación de las curiosas colinas que había por doquier en su propiedad. Para ello, contrató a Basil Brown, un arqueólogo amateur y autodidacta, que, en 1939, descubrió el barco enterrado y la cámara funeraria con sus tesoros. Esto pronto llegó a oídos de la Universidad de Cambridge, cuyos miembros que rápidamente apartaron a Brown de la excavación y organizaron una ellos mismos. Durante los años que siguieron, hubo numerosos conflictos por la cesión de los derechos de la excavación o el destino de los tesoros del yacimiento, hasta que, finalmente, Edith Pretty cedió en su testamento las piezas a la nación inglesa. No fue hasta 2009 que la labor de Basil Brown como descubridor del yacimiento se reconoció públicamente. El descubrimiento de Sutton Hoo fue decisivo para el desarrollo de la arqueología inglesa y el conocimiento del mundo anglosajón, del que antes apenas se tenían noticias historiográficas ni testimonios arqueológicos. Gracias a este yacimiento, los museos y los arqueólogos británicos tomaron un enorme impulso para reivindicar su disciplina y la historia altomedieval de las islas británicas logró salir de la oscuridad en la que llevaba años sumida.