Hong Kong: una isla rebelde

Junto con Pekín y Shanghái, Hong Kong es una de las ciudades más grandes, potentes y representativas de China.

Sin embargo, ni lleva mucho tiempo siendo china ni sus habitantes estarían de acuerdo en ser llamados chinos. La rebeldía de Hong Kong, especialmente relevante desde los disturbios de 2019 y 2020, es casi único en Asia y se deriva casi en exclusiva de la colonización británica de la isla. 

Durante gran parte de su historia antigua, medieval y moderna, Hong Kong estuvo bajo el control de China, hasta la Primera guerra del opio y la firma del Tratado de Nankín en 1842, que la convirtió en un protectorado británico. Por su situación estratégica, en la costa sur de China, y su potencial como centro económico, fue un territorio muy disputado en el siglo XX: durante la ocupación japonesa de China, Hong Kong estuvo brevemente en manos de los japoneses, pero en 1945 regresó al control británico. En 1997, tras la insistencia de China desde su asiento en las Naciones Unidas, Reino Unido accede a devolver Hong Kong y a reunificar el territorio, iniciando así lo que desde la República Popular de China se conoce como «un país, dos sistemas»: el reconocimiento chino de que, a pesar de ser un país unificado, dentro de él coexiste más de un sistema de gobierno.

Hong Kong en 1968. Fuente: Wikimedia Commons

Pero Hong Kong ha pasado demasiado tiempo como una colonia británica independiente como para volver al redil de la autoridad china tan fácilmente. Y es que, a pesar de tener una historia antigua común y un idioma común (en China hay diversos dialectos – no solo está el chino estándar, sino también el mandarín o el cantonés, que es el que se habla en Hong Kong), los hongkongeses no se sienten chinos. Muchos de ellos han crecido con el inglés como idioma materno al mismo nivel que el cantonés y no han compartido la historia o la política chinas desde el siglo XIX. 

Panorama de Hong Kong, tomado en 2010. Fuente: Wikimedia Commons. 

Ya en 2014 se dieron violentas protestas, mayormente estudiantiles, debido a la reforma electoral que prácticamente obligaba a que los candidatos al gobierno hongkongés fueran afines a las políticas del Gobierno central. En 2019 hubo meses de protestas para demandar que el Gobierno chino respetara el grado de independencia que Hong Kong todavía mantiene y los derechos humanos y democráticos de sus ciudadanos, algo que dividió la opinión pública de todo el planeta.La difícil relación entre Hong Kong y la China continental ha marcado la vida y la cultura de muchas personas. En 2004, el director chino, afincado en Hong Kong, Wong Kar-wai estrenó una película llamada 2046, cuyo título hace referencia al año en que concluye el periodo de cincuenta años durante el que China se comprometió a respetar la independencia hongkongesa sin cambios desde la devolución británica. Sin embargo, el Gobierno chino parece tener otros planes y la relación entre ambos territorios continúa siendo, cuando menos, amarga.

Protesta en Hong Kong en agosto de 2019. Fuente: Wikimedia Commons. 
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