Igual que en la arqueología del mundo árabe a las elevaciones artificiales del terreno para la construcción de edificios se las denomina tell o en la arqueología turca höyük, en la arqueología castellana tenemos nuestro propio término: motillas. Las motillas fueron asentamientos fortificados propios del llamado Bronce Manchego o Cultura de las Motillas (2200-1300 a. C.), que se localizaba en las provincias de Ciudad Real, Albacete, Toledo y Cuenca. La más famosa e impresionante de estas motillas es la Motilla del Azuer, en el municipio de Daimiel; una fortificación de 11 metros de altura con varias murallas concéntricas que protegen el yacimiento. En su interior ya se habían encontrado enormes silos (de 6 m2) para trigo y cebada, hornos para cerámica y metalurgia, cabañas para las reses, mayormente ovejas y cabras, y, lo que es más impresionante, el pozo más antiguo de España y posiblemente de Europa.
Durante la Edad de Bronce Manchega se produjo una sequía que duró casi seiscientos años, obligando a la población a asentarse en las vegas de los ríos o cerca de acuíferos y a defender a capa y espada sus escasas reservas de agua. Esto explica los muros ciclópeos de la Motilla del Azuer y el pozo de casi 16 metros de profundidad (documentados, por lo que podría ser incluso más profundo) que se halla en el patio trapezoidal central, que perforaba las terrazas aluviales del cercano río Azuer hasta llegar al nivel freático. Es la estructura hidráulica más antigua documentada en la península ibérica.
La Motilla del Azuer ha vuelto a ser noticia en agosto de 2021 por la primera excavación de una de las viviendas adyacentes al yacimiento. El núcleo fortificado no era excesivamente grande y sus enormes murallas servían para proteger aquello de más valor para sus habitantes, por lo que los espacios habitacionales y los enterramientos se encuentran fuera del mismo. Aparte de útiles de la vida diaria, esta excavación ha permitido calcular que la población de la Motilla estaría en torno a los cien individuos y comprobar que, al contrario que otras culturas del Bronce, en Azuer los muertos eran enterrados dentro de las casas, inhumados en una postura encogida o en vasijas en el caso de los niños. Las futuras excavaciones del área exterior de la Motilla deberían revelar mucho más sobre la vida diaria y la economía de estas gentes.

No hace falta irse tan lejos como la Atlántida para maravillarse con el patrimonio que es la Motilla del Azuer, una joya de ingeniería y arquitectura prehistórica sin parangón que tenemos a la vuelta de la esquina y de la que todavía podemos aprender mucho.
Hola. Muy interesante el tema de las diferentes culturas y pueblos ibéricos de la edad del bronce. Sería interesante ver las relaciones entre estos distintos pueblos: si comerciaban, si guerreaban o si se ignoraban. Gracias por vuestra labor y un saludo