La estructura conocida como el convento Alderney, ‘Alderney Nunnery’, en la isla de Alderney, es uno de los fuertes romanos mejor preservados de Reino Unido y prácticamente de toda Europa. Data del siglo IV d. C., de los últimos estertores de la Britania romana, y fue construido para proteger la bahía de Longis y el asentamiento romano de la isla. Es un edificio de dimensiones muy respetables para un entorno tan humilde como Alderney: tiene una planta de 30 m2, muros de hasta 3 m de grosor y una torre central que todavía existe, aunque muy restaurada. El edificio continuó en uso durante los periodos medieval, tudor y victoriano, hasta llegar al siglo XX y la Segunda Guerra Mundial.
Las tropas de la Alemania nazi ocuparon las Islas del Canal desde el 30 de junio de 1940 hasta la liberación el 9 de mayo de 1945 y las fortificaron, convirtiéndolas en una barrera entre Reino Unido y la Europa continental como parte del llamado Muro Atlántico. Para construir bastiones como baterías de artillería y torres de vigía en las islas, los alemanes obligaron a los habitantes de Guernsey a trabajar en las obras y trajeron a prisioneros de guerra del continente, instalando de facto campos de concentración y de trabajos forzados en el Canal. Los alemanes, conscientes de la resistencia inglesa contra su ocupación, fomentaron un ambiente de desconfianza en las islas, racionando la comida y los suministros a la población y animando a los vecinos a delatarse los unos a los otros. Numerosísimos isleños fueron deportados a los campos de concentración europeos, acusados de conspirar contra los nazis, u obligados a trabajar en las obras de las islas hasta morir. Uno de estos campos se encontraba en la isla de Alderney.
Por mucho que los alemanes tuvieran interés en construir fortificaciones nuevas con las que controlar a los ingleses, al llegar a Alderney no pudieron dejar de admirar el fuerte romano, que todavía seguía en pie, tan imponente como en el último milenio, y sin duda decidieron que aquel era un lugar tan bueno como cualquier otro para instalarse. Excavaciones recientes, llevadas acabo por el Dr. Jason Monaghan y el grupo Dig Alderney, han confirmado que los alemanes construyeron un búnker ¡dentro del propio fuerte! Aprovechando los resistentes y gruesos muros romanos, los alemanes se parapetaron en el antiquísimo edificio, dejando tras de sí restos que solo ahora están saliendo a la luz.
Aunque las excavaciones todavía tienen que seguir adelante y hay mucho aún que descubrir del fuerte romano de Alderney, es un fabuloso ejemplo de las muchas vidas que puede tener un edificio.