Cuando tradición y modernidad se unen: un búnker alemán dentro de un fuerte romano

Quizás a algunos nos suenen las islas de Guernsey por la fantástica película La sociedad literaria y el pastel de piel de patata (2018) en la que los personajes de Lily James y Michiel Huisman vivían un romance inolvidable. En esta película se retrata la ocupación alemana de las Islas del Canal durante la Segunda Guerra Mundial, un episodio bastante poco conocido de la lucha entre Reino Unido y Alemania por la supremacía europea. Pero la historia de Guernsey no comienza en el siglo XX, sino muchísimos años antes. Por lo menos, 1700 años antes, pero a veces la historia tiene una forma muy curiosa de encontrarse consigo misma y en la pequeña isla de Alderney la historia más antigua y la más reciente de Guernsey se han unido.

La estructura conocida como el convento Alderney, ‘Alderney Nunnery’, en la isla de Alderney, es uno de los fuertes romanos mejor preservados de Reino Unido y prácticamente de toda Europa. Data del siglo IV d. C., de los últimos estertores de la Britania romana, y fue construido para proteger la bahía de Longis y el asentamiento romano de la isla. Es un edificio de dimensiones muy respetables para un entorno tan humilde como Alderney: tiene una planta de 30 m2, muros de hasta 3 m de grosor y una torre central que todavía existe, aunque muy restaurada. El edificio continuó en uso durante los periodos medieval, tudor y victoriano, hasta llegar al siglo XX y la Segunda Guerra Mundial. 

Alderney Nunnery. Fuente: Alderney Bird Observatory

Las tropas de la Alemania nazi ocuparon las Islas del Canal desde el 30 de junio de 1940 hasta la liberación el 9 de mayo de 1945 y las fortificaron, convirtiéndolas en una barrera entre Reino Unido y la Europa continental como parte del llamado Muro Atlántico. Para construir bastiones como baterías de artillería y torres de vigía en las islas, los alemanes obligaron a los habitantes de Guernsey a trabajar en las obras y trajeron a prisioneros de guerra del continente, instalando de facto campos de concentración y de trabajos forzados en el Canal. Los alemanes, conscientes de la resistencia inglesa contra su ocupación, fomentaron un ambiente de desconfianza en las islas, racionando la comida y los suministros a la población y animando a los vecinos a delatarse los unos a los otros. Numerosísimos isleños fueron deportados a los campos de concentración europeos, acusados de conspirar contra los nazis, u obligados a trabajar en las obras de las islas hasta morir. Uno de estos campos se encontraba en la isla de Alderney.

Fortificación alemana en Guernsey. Fuente: Wikimedia Commons.

Por mucho que los alemanes tuvieran interés en construir fortificaciones nuevas con las que controlar a los ingleses, al llegar a Alderney no pudieron dejar de admirar el fuerte romano, que todavía seguía en pie, tan imponente como en el último milenio, y sin duda decidieron que aquel era un lugar tan bueno como cualquier otro para instalarse. Excavaciones recientes, llevadas acabo por el Dr. Jason Monaghan y el grupo Dig Alderney, han confirmado que los alemanes construyeron un búnker ¡dentro del propio fuerte! Aprovechando los resistentes y gruesos muros romanos, los alemanes se parapetaron en el antiquísimo edificio, dejando tras de sí restos que solo ahora están saliendo a la luz.

Excavación del fuerte y del búnker. Fuente: Dig Alderney/BBC.

Aunque las excavaciones todavía tienen que seguir adelante y hay mucho aún que descubrir del fuerte romano de Alderney, es un fabuloso ejemplo de las muchas vidas que puede tener un edificio.

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