Acostumbramos a que la firma de tratados internacionales se haga visible en los medios con las manos estrechadas de dos representantes (ministros de Exteriores o presidentes de Gobierno). Sin embargo, en esta edición de ‘Vistas del pasado’ tenemos una escena diferente para atestiguar la ratificación del Tratado de Münster en el año 1648. Podemos ver cómo se formalizaba la Paz de Westfalia, ya que fue uno de los dos tratados que la componen. El otro es el de Osnabrück.
Con ellos se puso fin a la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), en la que casi toda Europa se vio envuelta. También estos acuerdos pusieron fin a la guerra entre los Países Bajos y España, una guerra de independencia que se prolongó desde 1568 a 1648.
La pintura recuerda, de algún modo, a la de la firma del Tratado de Versalles (William Orpen, 1919). Recordemos que la imagen que tenemos de este otro evento tan importante para la historia europea es una alargada mesa repleta de mandatarios en la sala de los Espejos del Palacio de Versalles. La relación entre ambos eventos no es sólo la escenografía, ya que con la Paz de Westfalia se crearon las bases del sistema moderno de relaciones internacionales, se establecieron los principios del Derecho Internacional e, incluso, se fijó el concepto de soberanía territorial. Los Estados consiguieron llegar a acuerdos, mediante negociaciones diplomáticas, para poder establecer la paz.
