1. Santuario paleolítico (L’Espluga de Francolí, España)
La Cova de la Font Major, en Tarragona, se ha mostrado como un amplio lienzo repleto de figuras de animales. Se trataba de una zona todavía sin explorar del yacimiento, y cuenta con más de cien grabados datados en alrededor de 15.000 años. Esta cueva se descubrió en 1853 y ha sido bastante estudiada, pero todavía quedaban espacios por descubrir. El investigador Josep Maria Vergès, junto a su equipo del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES), es el responsable de este importante hallazgo. Tuvo cierto carácter fortuito, ya que tras unas fuertes lluvias los investigadores exploraron las galerías de las cuevas y se toparon con estas pinturas grabadas en las paredes. Se ha constituido un equipo constituido por técnicos del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña y del IPHES para continuar con el trabajo científico-técnico y generar material para un nuevo discurso museográfico.
2. Cerebro vitrificado (Nápoles, Italia)
El vidrio es un material que sólo se consigue crear a partir de ciertas temperaturas, unos 1.500ºC, concretamente. La erupción del Vesubio en el año 79 d. C., que barrió del mapa varias ciudades importantes (entre ellas, Pompeya y Herculano) sigue generando descubrimientos interesantes. El último es el hallazgo de unos restos vitrificados del cerebro de un hombre. Esta investigación se ha publicado en la revista New England Journal of Medicine y se trataría del primer cerebro de la Antigüedad encontrado en tales condiciones.
3. Averiguan de qué murió Takabuti (Belfast, Irlanda del Norte)
Takabuti es una momia de hace 2.600 años conservada en el Museo del Ulster, y que se expone en esta institución desde 1835. Ahora se han podido esclarecer las causas de su muerte. Bueno, de su asesinato. Tenía unos 20 años y pertenecía a un escalón social elevado. Murió a causa de una puñalada en la zona superior izquierda de su espalda, lo que le ocasionó una herida mortal. El estudio, llevado a cabo por un equipo de varias entidades (Universidad de Manchester, Universidad Queen’s de Belfast, Museos Nacionales de Irlanda del Norte y el Hospital Privado Kingsbridge) también descubrió un objeto en su interior que se utilizó para taponar la herida para la momificación.

4. Museo Nacional de Afganistán (Kabul, Afganistán)
Los museos son lugares de conservación del patrimonio y, por supuesto, también de exposición. Afganistán ha destacado en los titulares durante varias décadas a causa de la inestabilidad y los repetidos conflictos bélicos. Ahora, lo hace por la creación de un museo que pretende mostrar el amplísimo patrimonio y la historia del país. Un estudio español de arquitectura es el responsable del diseño del que será el Museo Nacional de Afganistán, que tendrá la que se puede considerar una de las colecciones arqueológicas más importantes del mundo.
5. Relieves asirios (Kurdistán, Irak)
Son bien conocidos los relieves asirios, pero no por ello dejamos de sorprendernos con nuevos descubrimientos. Recientemente, una misión arqueológica ha sacado a la luz diez relieves en el yacimiento de Faida. Están esculpidos en roca y representan al rey asirio Sargón II, que aparece rodeado de dioses. Arqueólogos italianos y kurdos, dirigidos por Daniele Morandi Bonacossi y Hasan Ahmed Qasim han demostrado que este tipo de representaciones artísticas no sólo estaban en palacios. En este caso, se han localizado a lo largo de un canal de irrigación.
6. Ixchel (Tulum, México)
Un estudio sobre una mujer de hace 10.000 años aporta nueva información sobre los pobladores de América de hace cien siglos. Ixchel, el nombre que le han dado los arqueólogos en homenaje a una deidad maya, seguía una dieta diferente a la de sus contemporáneos de otras regiones del centro de México, algo que se ha podido conocer por las caries de sus dientes, que demuestran que seguía una alimentación muy rica en azúcares. También tenía el cráneo más redondeado. Esto puede indicar que había grupos morfológicamente distintos, con origen en diferentes oleadas de personas llegadas al continente, y no sólo una, como solía creerse, o que un grupo viviera aislado.
7. Arte aborigen y avispas (Kimberly, Australia)
Un novedoso método ha permitido datar pinturas rupestres australianas del conocido como estilo Gwion gracias a nidos de avispa fosilizados. Han podido extraer fragmentos de carbón de estos nidos que estaban ubicados sobre las pinturas. Como estos nidos estaban ubicados encima de la pintura, ésta debía ser previa. Hasta ahora no había sido posible establecer una datación concreta, pero el resultado ha sido sorprendente, ya que tendrían unos 12.000 años de antigüedad.