Los sesgos cognitivos, filtros a la realidad que nuestro cerebro emplea, distorsionándola, tienen su razón de ser al suponer un alivio a nuestra capacidad de razonar planteando atajos que permiten una más rápida respuesta ante eventuales circunstancias. Suelo utilizar para explicar esta cuestión la imagen de alguien que ve a un león por la calle. Nuestra especie no habría llegado hasta aquí si en vez de entrar en modo alerta y correr despavoridamente, nos parásemos a razonar cuestiones como si d...
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