Tambores de guerra en el istmo de Gibraltar en 1939. Los fortines del sistema defensivo del Campo de Gibraltar

En la primavera de 1939, «cautivo y desarmado el Ejército Rojo» y habiendo «alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares», se cernía un negro panorama sobre las tierras del Estrecho. El general Franco conservaba, después de la desmovilización llevada a efecto durante el verano, un ejército de medio millón de hombres. Además, el cuerpo expedicionario italiano que había participado en la guerra apoyando al bando nacional permanecía en el país a la espera de la entrada de Franco en la capital.

Era un tiempo de rumores que, circulando en todos los sentidos, creaban un peligroso clima de confusión. Se hablaba de la llegada de nuevas tropas extranjeras a España -que en realidad no eran sino las italianas y alemanas aún no repatriadas- y, en el Reino Unido, se temió su posible relación con una amenaza española contra Gibraltar.

A pesar de que el Gobierno de Burgos trataba de desmentir estos rumores, el asunto llegó a ser objeto de debate en la Cámara de los Comunes y en la de los Lore...

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