Ni contigo ni sin ti. Una historia de los judíos en la península ibérica

Después de que Inglaterra (1290) y Francia (1394) dieran el paso, en 1492 Fernando de Aragón e Isabel de Castilla decidieron finalmente que sacrificar los judíos era mejor que sacrificar sus reinos. Cuando por fin se ejecutó, la expulsión representó para el pueblo cristiano un acto de verdadera fe y poder por parte de la Corona, que permitió a los reyes recuperar el control y la unidad popular.

Cuenta la Biblia que Jesús expulsó a los prestamistas judíos del Templo de Jerusalén por convertir la casa de Dios en una «cueva de ladrones» (Mateo 21:13). El mito histórico que considera el carácter judío avaro tiene su origen entre las páginas de las escrituras sagradas, fuente de repulsión y odio al judaísmo, al culparle de la mismísima muerte de Jesucristo, a quien capturaron los romanos a cambio de pagar 30 monedas de plata a Judas por confesar el paradero del nazareno (Mateo 26:15). Juda...

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