Tal día como hoy, en 1454, nace el hombre con cuyo nombre se bautizó al continente americano, el Nuevo Mundo a cuyo descubrimiento y posterior conquista se embarcaron oleadas de europeos, fenómeno que sin lugar a dudas conformaría un antes y un después en la Historia de la humanidad.
Como ya sabemos, el Descubrimiento como tal se produciría en 1492, con la expedición de Cristóbal Colón (si bien también hay claras referencias a la llegada de los pueblos vikingos a tierras norteamericanas ya en la Edad Media), pero en un primer momento no se aceptó por completo el hecho de haber alcanzado tierras desconocidas, sino que se pensó que estas tierras pertenecían a la India, lugar al que en un principio iba destinada dicha expedición. De ahí viene también que el primer nombre que se le diera fuese el de las Indias. Sin embargo, poco tiempo después se empezó a comprender que, aunque Colón tuvo razón en que se podía llegar a Asia dando la vuelta al mundo, para ello se debía cruzar un nuevo continente.
En este sentido, Américo Vespuccio, comerciante y cosmógrafo florentino, llevó a cabo varios viajes de exploración y una labor de investigación que se tradujo en obras como Mundus Novus y Carta a Soderini, en las que defendía haber descubierto un nuevo continente, lo que provocó que poco después en los mapas apareciera su nombre sobre estas tierras, siendo el pionero el elaborado por Waldseemüller en 1507.